El crimen de Molina

E horrendo asesinato ocurrido en esta localidad del que fué único actor Carlos Sergio Molina, es un doloroso signo de la hora que vivimos.
Todos los medios informativos. orales y escritos, han relatado con lujo de detalles el hecho. Dijeron que el 5 del corriente mes sobre la acera de la qunta que el señor
José W. Agusti, Director Nacional de Turismo, justo sobre la esquina que forman las calles Santa Fe y Chubut, Molina ultimó a golpes con una llave inglesa que
usaba de vez en cuando en su oficio de aprendiz de plomero. a Juan Manuel Dominguez, de 32 años, camarero del F. C. San Martin
con domicilio en una casita de madera de dicha empresa, instalada en las proximidades de la Estación Sáenz Peña.
Informaron además. que Dominguez lo conocía a Molina desde niño y que lo mató para robarle los $ 2.040 que llevaba en los
bolsillos. una pulsera reloj y una radio portátil. Dieron muchos detalles más, incluso que Molina era  un conocido ratero y ladrón que no dejó casa en Bella Vista sin
efectuar sus visitas furtivas. Tоdo esto unido al horripilante suceso que conmovió principalmente a este pueblo, le costará por la premeditación y alevosía con que la meditacion
consumó, nada menos que prisión perpetua porque le alcanzan todas las accesorias de la ley penal.
‘Todo dijeron, pero lo que ninguno dijo es que este brutal asesinato es la lógica culminación de una vida joven entregada al delito
por culpa del medio ambiente en que se van criando los jóvenes de hoy dentro de una sociedad corroída y minada por la más acentuada de las venalidades v de la
sensualidad. Molina pertenece a una familia honorable, aunque modesta. Radicada en la calle Caprera al 500.
El padre de Molina que es un maquinista jubilado que tiene además el oficio de plomero; la madre y la hermanita de Molina, eran personas decentes y correctas.
Solo Dios sabe cuanto hicieron ellos para corregirlo y encaminarlo por la senda del bien. Hace pocos meses, creyendo
quizás que con el cambio de ambiente cambiaría la vida de este joven malviviente, el señor Molina vendió su casa y cuando tenia para
trasladarse a Mendoza de donde es oriundo, llevándose con ellos a su hijo descarriado. Pero pronto no más éste sintió sin duda la terrible
nostalgia de sus andanzas, de sus amigotes y de sus amigotas, novio a los 18 años! y aquí se vino con más saña que nunca, porque al no tener casa donde comer y dormir
sus «necesidades» aumentaban y con ellas la urgencia de conseguir los medios en la única forma que estos tarados conciben. Ahí está el epilógo de una de las
miles de vidas que desgraciadamente se están malogrando en el mundo, porque esto que ocurre es universal.
Por eso pensamos que esto de la bomba atómica será tal vez un mal necesario, para exterminar una humanidad decrépita y sobre esa ruinas y cenizas, empezar de nuevo

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