Para el año 1600, San Miguel no existía, mucho menos Bella vista, todo el sitio eran tierras llanas con zonas de lomas y hondonadas, mayormente cubiertas por pastizales y algunos bosquecitos pequeños pero bien frondosos. Estas tierras eran propiedad de Pedro Morán, un integrante de la expedición de Juan de Garay.
Años mas tarde fue heredada por Martin Sampayo. En 1722 Sampayo vendió 20000 varas de frente con su correspondiente fondo a Domingo Lescano. Un año mas tarde, Lescano vendió estas tierras al alférez Domingo Morales. Morales se radico cerca del Rio de las Conchas, y su acción cobró tal nombre, que sirvió para designar el único paraje donde se podía vadear el rio, Desde entonces se conoció el lugar como «Paso de Morales». A su muerte esta fracción de la estancia fue heredada por Bartola Morales, Tiempo después pasó a poder de su hijo Cayetano Maldonado, quien en el año 1830, la vendió a Isidro Cufré. La estancia primitiva de 3000 varas de frente también sufrió desmembramiento en otra zona. Al Fallecimiento de Martin Sampayo, las 1500 varas de frende con su correspondiente fondo que seguían a las 300 varas ya mencionadas fueron heredadas por Ursula Perez Moran, a la muerte de esta, sus herederos vendieron en 1805 esta fracción de campo a Francisco Maderna, que estaba casado con Josefa de Escobar y vendieron estas tieras a Isidro Cufré que las unió a las otras 300 varas que había adquirido con anterioridad.
Años mas tarde, en 1810, Cufre también obtuvo por compra del resto de la estancia primitiva, que desde entonces volvió a tomar las dimensiones clásicas de 3000 varas de frente por la legua y media de fondo. Entre 1832 y 1833 Luis Goya compro la totalidad de estos campos y los conservó hasta el 9 de marzo de 1837, fecha en que fueron adquiridos por Fortunato Poucel, un súbdito francés Radicado en el pais y sus hijos, con residencia en Paris.

– Plano trazado por el Ing. A. Sourdeaux –
En 1857, el Paso Morales era un páramo desolado. Jinetes y carreros preferían el Puente de Márquez, que ofrecía una alternativa moderna y seca para el cruce del Río de las Conchas, (Hoy Río de la Reconquista): un pantano de 15 cuadras de ancho bordeaba la margen moronense. Pero el pago de peaje para el uso del puente era un inconveniente para aquellos pocos transeúntes ocasionales y quienes querían cierta privacidad para su logística ganaderil informal (abigeato) por lo cual el viejo paso en el extremo norte del actual Hurlingham tenia cierto tráfico.
En 1860 aprox. Un juez de paz, del vecino partido de Morón, le encomendó al Ingeniero Adolfo sourdeaux la mensura de la zona ribereña del Rio de las conchas y el paso de Morales, esos terrenos pertenecían al estado.
Es por esas fechas que el canadiense Luis Langevin y el estadounidense Rollman Hughes Taggart compran una fracción de estos terrenos de las viejas propiedades del alferez Domingo Morales, (dueño de estas tierras durante el siglo 17). El objetivo de Langevin y Cia. fue establecer un molino de granos, aprovechando la potencia de la corriente del río, y en vista, ciertamente, de la creciente actividad agrícola de la región y la demanda de una relativamente cercana Buenos Aires. La sociedad Langevin y Cia. comenzó a explotar el molino en 1863.
El edificio del establecimiento constaba de planta baja y dos pisos, además de varios depósitos para trigo, casas y caballerizas. La harina era transportada por lanchas a través del río a los puertos de San Fernando y Tigre, y por carretas a Morón y San Miguel.. La energía se obtenía por medio de dos turbinas hidráulicas, ubicadas en un canal subterráneo que tomaba agua del conchudo río, y cuyo caudal era potenciado por un tajamar o dique. (Este dique fue demolido luego de una de las periódicas inundaciones, alrededor de 1970). En el caso de que faltara agua, el molino echaba mano de una moderna máquina a vapor.
Unos Treinta trabajadores formaban la plantilla del molino, que vivían allí mismo: pocas veces se había visto por la zona semejante multitud.
Tres años después, el camino de Morón a Paso Morales se hallaba (como ahora su nieta Avenida Vergara) destruido: era apenas una huella formada por las carretas horadando el lodazal. El 2 de junio de 1866 Langevin y Cia. solicitó a la Municipalidad de Morón un permiso para reparar el camino y construir un puente sin «peaje» sobre el río Las Conchas. Con una celeridad sin duda debida al escaso numero de asuntos a tratar, el 21 de agosto la solicitud fue aprobada. Pero la suerte en los negocios le fue esquiva a la compañía molinera, ya que el Sr. Taggart se volvió a Brooklyn dejándolo solo a Mr. Langevin y en una condición económica que no le permitía construir ni el camino ni el puente. Con fecha 14 de julio de 1867 desistió ante la municipalidad de la obra solicitada un año antes.
Rápidamente (quince días después), vecinos y comerciantes de la zona elevaron otra propuesta, esta vez con «peaje».
La nota, de puño y letra del pionero Adolfo Sourdeaux, decía entre otros considerandos:
«El Paso de Morales, esta arteria principal del transito del norte, y único paso desde el Puente de Marquez hasta el puente de Carupa en San Fernando, esto es, en un curso de casi seis leguas, este paso se ha ido destruyendo cada año, en vista del aumento del transito y tal es el estado actual de este paso, así como la travesía de las quince cuadras de bañado que lo separan del suelo firme que, a pesar de la proximidad de una vía férrea, durante tres o cuatro meses del año, esta travesía nos tiene casi incomu-nicados, no quedándonos mas recurso, sino recargar nuestros productos con doble flete y pérdidas considerables de tiempo, tomando la vía de Moreno para ir a Buenos Aires» Se solicita la concesión para construir el puente en «el paraje Paso de Morales, así como un camino de 26 metros de ancho, con una calzada macadamizada de 6 metros de ancho en el medio, hasta la barranca del bañado, con derecho a un peaje en un todo igual y conforme al establecido en el Puente Alsina.
La construcción se hará aguas abajo del paso existente, la concesión durara 20 años y solicitan usar la tosca de la margen izquierda, es decir de la del lado de Bella Vista.»
Cinco meses después el gobernador Adolfo Alsina aprueba la obra, en condiciones similares y el 15 de febrero de 1869 se inaugura el puente. El gallego Francisco Planes es el encargado del peaje, cuyas tarifas iban de un peso por rodado, hasta el medio real por cabeza de oveja o chancho. Ahora si: carretas y diligencias empezarían a transitar desde Bella Vista a Morón, dando inicio a este fenomenal embotellamiento que llega hasta nuestros días.

Puente «Paso Morales» sobre el rio Reconquista, Obra dirigida por Sourdeaux en 1869, En la foto aparecen Sourdeaux y sus sobrinas Angelita y Emilia, de costado y vestida de negro está su esposa Sofia Croxet, Atras de todo se pueden ver los molinos de Louis Langevin
muy buena info. Soy descendiente de Louis Langevin por parte de mi abuela materna Rebeca Langevin. Si tienen otras fotos del molino agradeceria me las hagan llegar.