Club Atletico y Social de Bella Vista

Allá por el año 1915, sólo existía en la localidad el Club de Regatas, institución funcionaba en la temporada de verano, habia sufrido un incendio y posteriormente una crisis economica, allí concurría muy pocos vecinos, mas que nada la gente que tenía casa de fin de semana,  eran pocos los habitantes que realizaban actividades sociales y deportivas a orillas del entonces Río de las Conchas. La juventud del lugar prefería, en general, jugar al fútbol en los potreros y en los descampados, que en esa época abundaban.

Un buen día, todos los futboleros de la zona decidieron reunirse para conciliar intereses y fundar, de una vez por todas, un club donde entretenerse por las tardes. Fue así como, luego de largas conversaciones y reuniones que mantenían en la esquina formada por las calles Chubut y Senador Morón, fundaron el Club Sportivo Bella Vista.

Osvaldo Ronconi asumió la presidencia de la institución, que tuvo su sede en el amplio terreno que delimitaban las calles Senador Morón, Chubut, Maipú y Formosa. Enseguida se pensó en una insignia que caracterizara al club: la bandera estaría compuesta por rayas amarillas y negras. Esta misma insignia, cinco años más tarde, sería la del Atlético de Bella Vista. Toda institución deportiva debe tener sus vestuarios, y el Sportivo Bella Vista no fue la excepción. Los jugadores se reunían, antes y después de los encuentros, en la casa de los Piaggio, que quedaba enfrente del potrero. Allí los alentaba Doña Raquel, la dueña de casa.

El primer equipo de Sportivo estuvo formado por: Pedro A. Piaggio (Chola), Agustín Venditto (Tuto), Edmundo Teófilo Aymard (Emon), Vicente Boggio, Florentino Clapié (El Torito), Tomás Zelis, Pedro Dagand, Mario Orioli, Angel Piaggio (Chino), Remigio Amaya y Carlos Guzmán.

Como la cancha era un descampado  y nada lo separaba de la calle, muchos habitantes de la zona lo utilizaban de atajo cuando se dirigían a la estación ferroviaria. Así, con su paso fueron formando una senda peatonal, una camino que atravesaba el medio del campo y destruía el césped, además de otorgar un aspecto desagradable a la cancha. Para resolver este problema, Saturnino Miguel Venditto, vicepresidente de la institución, propuso la colocación de un alambrado perimetral. Don Julio Guevara, por entonces presidente, se opuso a este proyecto por razones económicas; el club no estaba pasando un buen momento financiero. Estas dos posturas dividieron a la comisión directiva: los que estaban a favor o en contra de la instalación del alambrado.

El episodio trivial cobró cuerpo y la disidencia no pudo superarse. Así, el grupo de Venditto tomó la decisión de alejarse del club para constituir otro que pudiese llenar sus aspiraciones. Esto ocurría allá por 1921. Casi cinco años habían transcurrido desde la fundación del Club Sportivo Bella Vista.

El 26 de julio de 1921, Saturnino Miguel Venditto y su grupo se reunieron con el fin de  fundar el Club Atlético Bella Vista. A partir de ese momento, la casa de los Venditto serviría de sede oficial para esta nueva institución. Y la sede deportiva sería, de ahí en más, un terreno baldío ubicado en la intersección de las calles O’Higgins casi  San Martín.

Foto 1950 C. – Casa de la Familia Venditto, O’higgins 554 (altura actual 854), la construcción ya no existe

Faltaba, entonces, crear una camiseta para el club. Los integrantes del «Atlético» no querían separarse de los antiguos colores, amarillo y negro. Por esta razón, a partir de aquí -y ante el desacuerdo de los del «Sportivo», su principal rival- la camiseta fue la misma para ambos equipos.

El Club Atlético y Social Bella Vista comenzó a destacarse en el campeonato interno de la Línea Pacífico, dentro de la tercera y la cuarta categoría, junto con otros seis equipos -entre ellos estaban el Defensores de Muñiz, el Defensores de Hurlingham y el Sportivo Bella Vista, entre otros-.

Pero la historia quiso que la vieja rivalidad no se apagara y el destino puso a los dos clubes -el Atlético y el Sportivo- en la final del campeonato de la Liga Pacífico. El encuentro debía disputarse en la cancha del Sportivo Bella Vista. Y otro Venditto fue nuevamente protagonista de la historia (esta vez fue Agustín), al concretar un agónico empate, de tiro libre y sobre la hora, para sellar el 1-1 que consagraba al Atlético de Bella Vista, campeón de la Liga. El equipo que se había consagrado formaba con: Romualdo Villareal, Edmundo Teófilo Aymard, Agustín Venditto (capitán), Juan U. Cornara, Domingo Ferrando, Domingo E. Boggio, Mario Orioli, Pedro Dagand, Luis Varrone, José Merino y Emiliano Catalina. Ingresaron como suplentes: Luis Boggio, Luis Manzanzani y Luciano Battaglia.

Mientras los éxitos acompañaban a la nueva institución, en 1924, el Club Sportivo Bella Vista, su antecedente, desapareció para siempre, absorbido por el em- peño y la actividad que desplegaba el nuevo club, al cual se adhería la juventud de la localidad.

 

Foto de 1930,  Reunión de Socios y miembros de la Comisión directiva del Club atlético y social Bella Vista Con motivo de los festejo por el aniversario del Club. Fotografía fila superior de izquierda a derecha: Teofilo Aymard, Antonio Sforza Juan Di Salvo, Saturnino Venditto, Aurelio Percival, Lorenzo Nano

Fila media: Luis Biondi, Francisco Castillo, Agustín Venditto, Manuel Gurruchaga, Luis Varrone, Salvador Piaggio, Nicolas Venditto, Francisco Battaglia.

Fila inferior : Luis Cheri, Miguel Venditto hijo, Juan Sala, Luis Boggio, Esteban Boggio, Domingo Sforza y Emiliano Catalina

 

Así comenzó a crecer, Durante los primeros cincuenta años, la actividad del club no tenía pausa, tanto en la faz deportiva como en la social y era centro de atracción de gran parte de la juventud del municipio. Se destacaron actividades como atletismo, futbol, bochas, básquet, box, esgrima, tenis, ciclismo, patín y carreras de automovilismo; entre otras.

A fines de 1945 el club adquirió una nueva sede en el centro de Bella Vista, extendiéndose en la década de 1960 con la adquisición de áreas linderas; iniciando así la construcción del natatorio y del edificio central sobre la calle Entre Ríos, durante la presidencia de Roberto Contini.

 

 

Cerca del nuevo milenio estuvo cerca de perder parte importante de sus tierras en dos oportunidades, a raíz de dos deudas hipotecarias en dólares contraídas en los años 1997 y 1998: en 2012 corrió riesgo de perder su Edificio Central, pero gracias a la intervención del entonces Intendente Joaquín de la Torre logró acordar con los acreedores un plan de pagos que aún continúa pagando con apoyo del Municipio. En 2014 también tuvo varios pedidos de ejecución del Microestadio Roberto Contini, el natatorio y las canchas de tenis; pero gracias a una fuerte campaña de recolección de fondos encabezada por el equipo de trabajo del Presidente Cunto, logró recaudar los montos exigidos; librándose para siempre de esta hipoteca que amenazaba el corazón deportivo del Club.

 

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