El fin de la cooperadora Policial

La suerte estaba echada, Ya todos sabían que, inexorablemente, pronto acabaría con una simple notificación. Y así fue. El 23 de febrero pasado, mediante un radiograma enviado a todas las unidades, se dió el plazo de 30 días para la disolución de todas las asociaciones cooperadoras de la policía de Buenos Aires. «Personalmente estoy un 100% de acuerdo con la medida», dice Juan Romano, presidente de la Cooperadora Policial de Bella Vista hasta el 24 de marzo último, cuando entregó bienes, libros, balance y memoria al subcomisario Montesino, designado liquidador de la institución. Romano admite que no quedaba otro camino. «Hacia falta esto. No por nuestra institución, que siempre fue transparente, sino porque en otras localidades el manejo del dinero por parte de las cooperadoras era turbio, digamos. Algunas eran meros órganos recaudadores. Fijese, por ejemplo: ¿cómo puede ser que una asociación sin fines de lucro se disuelva con deudas? Una comisaría cercana debió vender un móvil policial para poder cubrir deudas de la cooperadora…!»

A continuación, don Juan, comerciante y viejo vecino bellavistense, reseñó algunas obras encaradas por la institución vecinal, muchas de ellas perceptibles a simple vista por quien pase por la comisaria:

«Se repararon todos los techos, se colocó machimbre en paredes y cielorraso en oficinas y sala de guardia, construcción de escalera y rampa de acceso para discapacitados en la vereda, toldo de acceso a la guardia, equipamiento completo a nuevo de baños y vestuario para el personal, colocación de siete calefactores y trece ventiladores de techo colocación de un termotanque para baños y cocina, arreglo total de los calabozos que incluye baños para los reclusos, pintura total del edificio, compra e instalación de un equipo de comunicaciones con antena de 25 metros y reparación de equipos de radio en todas las unidades móviles, provisión de equipos de radio manuales (handies). Todo eso, sin contar el combustible, equipos de computación y todos los elementos de limpieza y oficina para el desenvolvimiento de la comisarla»

Dice que todo lo hecho fue merced al aporte desinteresado de unos 300 socios bellavistenses que, con su colaboración espontánea hicieron posible esa ayuda a la comisaria. Desde Julio pasado hasta el 23 de marzo último, la cooperadora recaudó algo más de $60.000, que se volcaron Íntegramente a cubrir los gastos y efectuar parte de las obras mencionadas. Un promedio de $7.500 mensuales!», advierte Romano, y pregunta: ¿Qué va a poder hacer este pobre hombre con  solo 3mil pesos refiriéndose al monto que otorgó la provincia para la caja chica de nuestra seccional, y que ahora está en manos del comisario.

«Además, nosotros estábamos para eso y nos preocupabamos para buscar precios, cotejar costos y hacer rendir más el dinero de las vecinos», agrega.

La cooperadora ya no existe. A sus ex socios solo les queda la satisfacción de saber que sus esfuerzos llegaron a destino, y una duda: ¿Cómo hará la policía para abastecerse?

 

Gentileza: Revista «El Juglar»


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