Francia al 800

por el profesor Eduardo I. Munzón

Las frondosas ramas de sus arboledas, teñidas de color, nos sacuden el espíritu. Son como el permanente testimonio del pasado, que nos recuerda que también nosotros somos parte de aquellas épocas.

 

En la esquina de San Martín y Francia, tomando toda la cuadra de la primera, desde las vías del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (hoy General San Martín) y 30 varas de la segunda, se hallaba la quinta que en 1875 hizo construir don Guillermo Kiuter (en el plano superior de 1930 el lote esta marcado como «Duprat»). La casa era de una planta, de líneas simples, con lugares de estar iluminados con grandes vidrieras y ventanales; el parque tenía añosas arboledas con especies de calidad.

En los primeros años de este siglo, la Famlia Bridett, dueños de la famosa panadería «Las Bellas Artes», de Buenos Aires, compraron la quinta como lugar de descanso, para lo cual ampliaron el edificio y enriquecieron aún más el jardín.

A mediados de 1930, el ciudadano francés Gustavo Hautcoeur y su esposa, Matilde Souverville, adquirieron la misma quinta, donde vivieron hasta su muerte con sus hijos Adela, Pedro, Jorge, Carlos y Pablo.

Gente muy piadosa, tanto los padres como sus descendientes integraron durante muchos años las instituciones de la parroquia de San Miguel, participando también de la vida social y deportiva de Bella Vista.

Años después, al fallecer el matrimonio Hautcoeur y casarse sus hijos, la quinta se fue subdividiendo y se levantaron nuevas casas.

Gran parte del resto de la cuadra era un descampado de 120 varas de frente sobre Francia y un fondo de 100 varas, que había sido comprado en 1875 por el francés A. Junior. La fracción permaneció sin mejoras hasta que la adquirieron los señores Secres, quienes la arrendaron a varios floricultores, los que cultivaban flores (especialmente rosas) para el mercado minorista de Buenos Aires.

Alrededor de 1945 se abrió en la mitad de la cuadra, sobre estos terrenos, la prolongación de la calle La Plata, que sigue cortada por las vías del Ferrocarril San Martín, y sobre la cual se construyeron numerosas viviendas. En la esquina con Francia, el cineasta Tito Rivero, dueño de varios cines en la zona de Avellaneda, fue el primero en construir una casa, que tiempo después vendió a don Guillermo Cirundik.

Sobre Francia y al lado de lo de Rivero, levantó su chalet «Rancho Grande» don Ricardo Cetera, secretario del presidente Arturo Frondizi, y sobre La Plata, en 1951, hizo construir su casa el prestigioso óptico Carlos Höss, responsable de los efectos especiales de los Estudios Cinematográficos San Miguel, quien vivió allí hasta su muerte, en compañía de su esposa Romilda Rosa Porrini, y su hijo Carlos Eduardo.

Proseguía a esta casa la que mandó construir el odontólogo José Cánepa, que habitó con su esposa Lucía, y que luego pasó sucesivamente a manos de las familias López, Casagna y Piacenza, sus actuales propietarios.

Continuando por La Plata hacia la vía, vienen las casas de los Avallone, la de Pedro Gómez y la de Humberto Oviedo. Sobre la acera de enfrente, con algunos terrenos sin mejoras, estuvo la residencia del constructor Ludovico Pagnucco, y también la de Alejandro Gismondi y su esposa, Ana Fedele, donde su hijo Graciano (Nito) tuvo durante mucho tiempo un taller para la reparación de automóviles, hasta que instaló un local en Riccheri y Moreno (Nito Automotores).

A continuación de la fracción que hemos consignado, hasta llegar a la esquina de Francia y Moine, con un total de 40 varas sobre la avenida y más de media cuadra sobre la otra, se hallaba la hermosa quinta de don Carlos Burión, quien había venido de Inglaterra contratado por el Ferrocarril Sud, pasando luego al Ferrocarril Pacífico, donde ocupó un alto cargo en la gerencia. En esa oportunidad, impulsó un proyecto destinado a dar vivienda a los empleados, y él recibió una de ellas, contigua a la Estación Bella Vista, donde vivió con su esposa Elisa K. de Burion, con quien se había casado en su país de origen. Pocos años después, el matrimonio resolvió establecerse en forma permanente en Bella Vista, para lo cual compraron la esquina mencionada y edificaron en ella una hermosa casa, de líneas simples y rodeada de un espléndido parque.

Allí don Carlos vivió el resto de su existencia, vinculado en Bella Vista a la mejor actividad social, comunitaria y deportiva, siendo durante muchos años miembro de la Unión Comunal junto con Eduardo Patricio Moine y otros distinguidos vecinos, así como del Club de Regatas Bella Vista.

Después de 14 años falleció su primera y joven esposa y al tiempo don Carlos se casó nuevamente con Juana Arese, muy simpática y agraciada, de la localidad de Muñiz, con quien tuvo tres hijos: Carlos René, que se graduó de médico; María Clara, que fue esposa del ilustre médico Raúl Larcade, cuyo nombre lleva el Hospital Municipal de San Miguel, y Elsa Adelina, licenciada en química.

Don Carlos Burión falleció el 9 de mayo de 1963 dejando un inolvidable recuerdo entre quienes lo conocieron. También murió su esposa, que vivió muy vinculada a los mejores medios sociales de nuestra comunidad, y a fines de 1989 la vieja quinta fue fraccionada, dando lugar a nuevas residencias, entre ellas la de la familia Fourcade.

 

Aparecen en esta nota:

  1. Guillermo Kiuter
  2. Gustavo Hautcoeur
  3. Matilde Souverville 
  4. Hautcoeur Adela
  5. Hautcoeur Pedro
  6. Hautcoeur Jorge
  7. Hautcoeur Carlos
  8. Hautcoeur Pablo
  9. Carlos Burión
  10. Juana Arese

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *